Bejucal, Mayabeque, Cuba - El movimiento
cooperativo y campesino cubano, tiene en sus manos una fuerte responsabilidad,
en ellos se concentra el 70% de la alimentación que recibe el pueblo en materia
de productos relacionados de una forma u otra con la agricultura.
Nunca como ahora juega
un papel tan significativo no solo extraerle a la tierra lo que sea capaz de
producir, sino que ese resultado llegue sin tropiezos a la comercialización
para que el producto termine con calidad en las manos del consumidor.
Y la palabra
consumidor se extiende a las familias, la gastronomía, centros priorizados como
Círculos Infantiles, Hogares Maternos, de Ancianos, el propio turismo. En
este último aumenta la calidad de la oferta cuando se reciben los productos
frescos y así se ha comprobado con unidades productivas donde se comenzaron
estas prácticas.
El cubano por
tradición consume en mayor medida arroz, frijoles, viandas, y también gusta de
la carne; las hortalizas igualmente forman parte de la cultura alimentaria en
unas regiones del país más que en otras. De ahí la importancia de
continuar y fortalecer la prioridad hacia los convenios que protegen esas y
diferentes líneas productivas.